La historia detrás de la receta
En la última entrada Chicharrones crocantes Regina les recomendé guardar la grasa que exudan los chicharrones de cerdo para esta receta: el tacacho. Con su nombre rudo y entrecortado, ésta receta originaria de la selva amazónica peruana es una delicia que complementa perfectamente nuestra bandeja paisa.
Tacacho peruano
VEGETARIANOS ¡no se varen! este manjar queda delicioso en sus variaciones con aceite de oliva, de ajonjolí, maní... ver al final para explorar algunas metamorfosis de la receta.
Claro, no es apto para personas a dieta o con problemas de colesterol, pero sugiero hacer un poco de ejercicio para limpiar culpas y no perderse de una explosión de sabores que con seguridad los dejará con una sonrisa y la panza satisfecha.
El ingrediente básico es el plátano verde. Para personas como yo que nunca logran hacer patacones delgados y crocantes, esta receta se convierte en la salvación que satisface a bocas hambrientas y exigentes, además de una presentación coqueta que llama la atención aún a los menos golosos.
Esta delicia la probé por primera vez en Tabatinga, la ciudad brasilera limítrofe con Colombia y Perú. En un restaurante peruano humilde, seguí la recomendación de Sanderson mi amigo brasilero y la probé con cecina, una carne de cerdo ahumada, de un rojo sospechoso pero de muy buen sabor. Desde ese momento me reconcilié con el plátano y me he visto con mi amiga Martha en Leticia, hacer recorridos nocturnos buscando el mejor tacacho de la zona.
Cuando son pequeños, el tacacho se convierte en una preparación versátil que va desde acompañamiento de un almuerzo cotidiano hasta una délicatessen criolla en una reunión formal. La preparación no puede ser más fácil, ahí les va la receta clásica y mis variaciones ¡que la disfruten!
Ingredientes
- Plátano verde
- Manteca de cerdo
- Cuadritos de tocineta crujiente y/o chicharroncitos
- Sal
- Dos bolsas de plástico
Preparación
Pelar el plátano* y asarlo hasta que esté comestible; puede hacerlo en una parrilla de arepas, en una sartén o si lo prefiere cocínelo en agua, pero indudablemente queda excepcional con el sabor de la leña. Cuando esté bien cocido y aún caliente, proceda a machacarlo con un mazo/piedra/tenedor y hacerlo puré, agregando poco a poco la grasa de cerdo, sal al gusto y los cuadritos crujientes de tocineta. Póngase el par de bolsas como guantes y amase la mezcla incorporando bien los ingredientes, haciendo bolitas pequeñas del tamaño de una pelota de golf.
¿Cómo saber cuánta grasa echar? Si las bolitas se desbaratan es porque les hace falta grasa. ¡Listo! Cuente de a plátano por persona para calcular la cantidad, pero si decide hace de más, pueden refrigerarse sin problema.
* Astucia: Para los que se estrenan en la cocina, pele el plátano bajo un fino hilo de agua corriente, evitará que sus manos -y en ocasiones su ropa- queden y manchadas por unas horas. Además se evitará la engorrosa solución casera de embadurnarse las manos, el cuchillo, el trapo de cocina...
Variaciones de la receta
- Tacacho con ajo y aceite de oliva.
- Tacacho con aceite de ajonjolí, pimentón y cilantro.
- Tacacho con maní, cebolla morada, aceite de soya y ají.
- Tacacho chimichurri: con aceite de oliva, ajo, perejil, sal y pimienta.
- Tacacho con mantequilla y queso parmesano.
- Tacacho de plátano maduro con mantequilla y bocadillo. Para esta variación cocine el plátano maduro en agua y partido en trozos con cáscara. Una vez cocidos, hágalos puré con sólo una cucharada de mantequilla y bocadillo de guayaba picado en pequeños trozos.